EMIGRADOS

Para poder seguir adelante con sus proyectos musicales, muchas bandas marplatenses han tenido que huir de la ciudad. Entre ellas figuran Ubika y La Colgada. Experiencias y reflexiones acerca de nuestra diaspora rockera.

No hay lugar en el mundo donde el refrán “nadie es profeta en su tierra” funcione mejor que en Mar del Plata. Debido a las escasas posibilidades artísticas que ofrece la ciudad, muchos músicos locales han tenido que emigrar a Capital en busca de mejores horizontes.

“La idea de irnos a Buenos Aires se concretó ya que en Mar del Plata las posibilidades de crecer como grupo son difíciles”, aclara Gastón Hidalgo, representante de La Colgada. “Sentíamos que si nos iba bien en Mar del Plata, a la larga igual había que probar en Baires.” Julietta Monson, cantante y guitarrista de Ubika, agrega lo siguiente: “luego de estar tocando en Mar del Plata durante cuatro años, decidimos irnos a Buenos Aires para ampliar el panorama. Ya habiamos empezado a compartir escenario con bandas importantes de Capital y eso nos animó a dar el paso.”

“En Buenos Aires hay más público y la gente ya tiene una cultura de recitales”, asegura Gastón. “Allá estan muy acostumbrados a ir a ver bandas; calculá que tienen festivales durante todo el año. Muchas veces incluso van a ver grupos que no conocen y pagan la entrada igual. Para vivir de la música necesitas vender discos y que la gente vaya a ver tus shows. Eso en Mar del Plata es difícil. No hay un circuito de lugares para tocar o una cultura de ir a ver música local.”Sin embargo, y a pesar de todas las complicaciones, nuestra ciudad asimismo parece ser un interesante semillero artístico. “Siempre vimos la escena de Mar del Plata como muy rica y de calidad”, afirma Julietta. “Hay personalidad en los grupos marplatenses, hay muchas bandas buenas con un sonido propio. El problema por ahí es la falta de continuidad. Cuesta tanto seguir en actividad que la mayoría de los grupos no duran mucho.”

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